miércoles, 14 de diciembre de 2011

Dormir, el espacio propio de los niños y el olor corporal...

Cuando los niños son muy pequeños, los periodos de descanso son bastantes a lo largo del día, ellos mismos van pidiendo sus tiempos de dormir, o simplemente de estar tranquilos o apaciguados. En casa disponen de su cama, y además se les puede acondicionar una zona en la que puedan echarse cómodamente a lo largo del día, como puede ser una zona alfombrada y con cojines alrededor. A lo largo del juego o de las diversas actividades buscará ese espacio para su descanso. A los niños les gusta tener la presencia cerca de un adulto que les tranquilice antes de dormir, un beso, un arrumaco, un arroparles, hace que duerman enseguida. Tener cerca sus peluches o juguetes que se suelen llevar consigo les hará sentirse seguros.

1 comentario:

  1. Tengo un recuerdo de cuando era pequeña y por estar enferma no podía ir al colegio, que siempre me viene como un icono, y es siempre, siempre el mismo. Estoy en la cama grande, en la "sala" que era el piso de arriba donde estaban los dormitorios. Allí había tres camas: una grande, otra de 1,o5 donde dormía mi hermana mayor y un catre adosado a la pared, enfrente de cama grande. Yo estaba abrigada por las mantas, pero sobre todo recuerdo una manta ligera de muletón (de las que no he vuelto a ver ninguna después), que para mí era el sumum de suavidad y un rayo de sol tibio de invierno entra por la ventana. Son como las 11 de la mañana, y yo estaba leyendo un libro del colegio de no se quien. Era el Comienzos o el Fundamentos, no lo se, pero si recuerdo que llevaba poesías, geografía, ...., recuerdo que llevaba dibujos de parejas vestidas con trajes regionales, y yo me preguntaba siempre por qué decía traje de los Castellanos Viejos, cuando los dibujos representaban a personas igual de jóvenes que los Castellanos Nuevos. Y una poesía sobre unos pollitos que estaban en un nido donde se dormían para soñar. Cada vez que leía eso y aún hoy al recordarlo, me embargaba una especie de melancolía que no he sabido explicar. El recuerdo es cálido, confortable, en una época en donde había pocas comodidades, pero la melancolía esa, o una especie de miedo al vacío, a no se qué, no la he sabido comprender, aunque a veces esa misma sensación me la producen situaciones que se dan en la actualidad. No se, lo tendré que preguntar al terapeuta, porque aunque no sea argentina ni norteamericana, también puedo tener uno.

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